Sobre mi obra



Desde las tripas

Retrato doble de Juankar Cardesín
En esta sociedad , donde lo correcto, la higiénica cultura parecen ser valores añadidos al arte, da gusto encontrarse con la pintura de Mónica, real, en ocasiones brutal, pero cargada de emociones, emociones que vamos perdiendo, Su pintura nos sitúa en el terreno de lo humano. Emociona por la sensibilidad descarnada, de una pintura íntima, una biografía de imágenes, y a la vez esperanza en la raza humana, cada obra, cada imagen nos sacude como si algo bueno estuviera a punto de ocurrir, vive dentro de su obra. La pulsión de la carne. Su trabajo se hermana con  la  obra de  otros artistas a los que admiro. Siegfried Anzinger, Rainer fetting, Munch, y tantos que pulsionan la emoción y la vida. Una pintura para ver desde dentro, el interior de nosotros mismos, como espectadores de este gran decorado que es la vida.



Juankar Cardesín, en Donosti a 29 de junio de 2010




Retrato de Eduardo Alvarado
RARA: A LA GENIALIDAD POR LA TANGENTE

Mónica es una pintora "realista" en cuanto a la técnica y la temática. Desde una iconografía a caballo entre el romanticismo y el simbolismo del pasado, y el costumbrismo de la cultura popular contemporánea -y de formación profesional de los medios de comunicación- uno de los innumerables valores que sorprende en la obra de Mónica es la relación establecida entre una elevada cultura popular y una temática autobiográfica. Ella es una pintora cuyo pensamiento estético gira igual que en sus compinches nórdicos, como Fetting o Anzinger, en torno al concepto de Eros y Thanatos, pero excepcional en su sincero y profundo análisis de dicha temática desde una personalidad femenina contemporánea. Pintora sumamente sensible y con un pensamiento brillante, del que da buena cuenta la calidad literaria de los títulos con los que nombra a sus obras, se expresa con una libertad sin límites en recursos e imaginería, en escenas y pasajes que comprenden un espectro de imágenes que abarcan desde las más descaradas o agresivas a las más poéticas y oníricas. En sus propias palabras: “con las tripas y sin concesiones”.


Eduardo Alvarado, en La Aldea del Portillo de Busto a 4 de septiembre de 2010